¿Pensar o imaginar ?

 

 

 

Quiero pensar que hay personas a las que las  gusta imaginar. No hay nada malo en ello, al contrario. El problema surge cuando en situaciones donde deberíamos pensar, imaginamos.

A nadie nos gusta que nos engañen, nos enfadamos si lo descubrimos, es como si el cerebro supiera que el ser engañado no favorece nuestra supervivencia. Tenemos la capacidad de dudar, de pensar que lo que estoy viendo y/o escuchando puede ser una burda mentira, tenemos en definitiva,  la capacidad de analizar o pensar críticamente.

Aquí es cuando entra en juego la imaginación, ¿A quién no le gustaría poder curar, adivinar su futuro o volar por uno mismo? Eso no perjudica a nadie. Como a todos nos gusta, hay personas que se han percatado que a través de este anhelo por lo imposible consiguen hacer creer que lo que  nosotros solo podemos imaginar, ellos lo pueden hacer, esto en cambio si perjudica.

Uno se para a ver unos minutos algún programa de videncia y podrá observar como persona tras persona cuenta  sus deseos de mejorar. Esta viéndose  bien, tranquilo y recuperado. Esta persona no está pensando, está imaginando  y por tanto su capacidad de análisis es inexistente. Porque sobran 5 minutos de pensamiento crítico para saber que la forma que tienen de conocer los llamados videntes  es totalmente imposible. Es como decir que un coche podrá arrancar  sin motor ni combustible.

Imaginar está bien pero no que imaginen por nosotros y menos por dinero.

Si todo fuera así, cada uno de nosotros podríamos tener un dragón invisible en nuestro  garaje como nos advertía el gran divulgador científico  Carl Sagan .

Pensar y analizar es el  escudo que nos permite imaginar con seguridad.